Testaferro

Testaferro es la persona que presta su identidad para la realización de algún negocio o la firma de un contrato que en verdad pertenece a otro sujeto.

La relación entre ambas partes se basa principalmente en la confianza, por lo que generalmente el testaferro es un familiar o muy allegado a quien reemplaza en los documentos. Si bien suele asociarse esta figura con actos ilícitos, es legal cuando se opera dentro de los márgenes legales.

Testaferro

Un testaferro es una persona física que presta su identidad en un contrato o en un negocio que corresponden a otra persona.

La figura del testaferro legal

Como acabamos de ver, en el marco jurídico español el testaferro es una figura legal siempre que opere dentro de los márgenes de la ley. En este sentido debe estar reconocida su posición como un mandatario representante. Es decir, que la relación entre el testaferro y su mandante, las transmisiones de bienes o beneficios, se deben oficializar en un contrato o escritura pública.

Cuando se habla de la legalidad del testaferro se entiende que el mandante le otorga poderes para realizar transacciones o gestionar esas operaciones en las que lo representa. Por ejemplo, hay un testaferro legal cuando se ocupa de negociaciones, firmas de contrato u otras gestiones porque así lo solicita el mandante con menos conocimientos, por estar ausente en el lugar o porque es menor de edad y desea emprender una empresa.

Los beneficios que se obtienen se transfieren al mandante. El testaferro solo obtendrá aquello que haya acordado con la otra parte, si así lo hubieren convenido. Será legal, mientras se utilicen las vías establecidas por la normativa.

¿Quiénes pueden ser testaferros?

Los requisitos para ocupar esta posición son muy sencillos.

Cualquier persona que sea mayor de edad y esté capacitada tiene la facultad para ser un testaferro. Solo debe aceptar que su identidad reemplace a la del mandante en sus documentos legales y asumir la responsabilidad que implica.

Características de los testaferros

El sujeto que acepta la utilización de su identidad para encubrir al verdadero protagonista de los contratos, del capital, etc. tiene características muy específicas.

Si bien los requisitos son mínimos, no todos están dispuestos a correr los riesgos que implica ni a mantener su rol ante cualquier circunstancia.

Los testaferros son personas ampliamente flexibles y con la capacidad de respetar órdenes rápidamente. Son quienes deben adaptarse a cada situación que se presente y actuar de acuerdo con los intereses de sus mandantes, aún en prevalencia de los propios.

El bajo perfil es otra de las características de estas personas que prestan su nombre. Lo ideal es que sean desconocidos para el público y que no capten la atención.

Responsabilidad del testaferro

Cuando la participación del testaferro tiene por finalidad encubrir otros hechos que constituyen un ilícito, el testaferro tendrá la responsabilidad penal que el Código Penal imponga para tal infracción. Un hecho muy frecuente es la utilización de la figura de testaferro para lograr ayudas económicas o para lavar dinero.

Algunas personas suelen aducir en su defensa que no tenían conocimiento de los actos del mandante. Es decir, que han prestado su identidad, pero desconocen por completo la operación. La realidad es que ante el público en general y la justicia figura su nombre como responsable, y así se lo considera al igual que el mandante.

En cada caso se valorarán en la justicia las particularidades y circunstancias del mandante y del testaferro, para determinar el grado de responsabilidad. Es posible que estén estén en igualdad de condiciones o no, y en relación a esto se dictará la pena acorde.

Ejemplos prácticos del accionar del testaferro de modo ilícito

En el mundo empresarial y político la presencia de los testaferros es de las más frecuentes. Personas de la máxima confianza o que perciben un pago, fuera de las vías legales, entran en el tráfico mercantil o financiero con la identidad del mandante, para obtener bienes, beneficios o ganancias que se transfieren al mandatario.

Políticos que ocultan su identidad

En la gran mayoría de los casos conocidos el testaferro opera con la finalidad de encubrir al verdadero protagonista actuando fuera de la ley. Un posible supuesto es cuando un político utiliza a otras personas para que realicen transacciones comerciales o financieras en su beneficio, pero sin que se conozca su verdadera participación.

Blanqueo de capitales

Un sujeto que quiere blanquear su patrimonio, pero no puede aparecer como el titular de una empresa, busca un testaferro. Según indica la experiencia éste será un sujeto ajeno a la actividad y con un domicilio desconocido al que se le otorga el rol de socio o administrador de una sociedad raíz.

A partir de esta primera sociedad se comienzan a generar otras empresas o sociedades que se utilizan como pantalla en otros territorios y se comienza a operar con esos capitales. Con esta operación se intenta demostrar que el capital proviene de una fuente legítima.

Beneficios fiscales

Una metodología es la utilización de las normativas intracomunitarias por las cuales no se grava el IVA con la simulación de ventas de internacionales. Se obtiene, de esta forma, un beneficio fiscal indebido.

Un ejemplo claro es la venta de participaciones de una empresa a un testaferro en otro país por las que se deduce el IVA soportado, sin que haya una actividad mercantil real ni tributación de impuestos.

Conclusión

El testaferro es una figura sobre la que recae una mirada negativa de la sociedad en general. Es la persona que presta a otra su identidad y la reemplaza en el tráfico financiero o mercantil, aunque los beneficios son entregados a quien encubre.

Esta figura es el objetivo de muchas noticias judiciales por los actos ilícitos que se realizan con su intervención en los diferentes ámbitos, especialmente en el mundo de la política y empresarial.

La normativa española prevé la participación del testaferro, por lo que es posible su accionar dentro de los márgenes de la ley. Si la transmisión de los beneficios se realiza en escritura pública o por contrato, no habría ningún inconveniente.

Cuando se realizan ilícitos como fraude fiscal, lavado de dinero, enriquecimiento ilícito, etc., el testaferro deberá responder en la vía penal de igual manera que el mandante.

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