Entre las desventajas de casarse por bienes separados se encuentra que al disolver el matrimonio, cada quien se queda con lo que adquirió a su nombre, sin importar el esfuerzo que haya aportado el otro cónyuge. También, que si uno de los cónyuges fallece y no le deja nada al supérstite, este no podrá obtener nada de los bienes.
Finalmente, que si alguno de ellos se dedicó a las labores preponderantes del hogar, el otro cónyuge tendrá que darle una pensión compensatoria, sin importar que se hayan casado en separación de bienes.
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