Coacción

El delito de coacciones o la coacción es un delito contra la libertad individual que consiste en utilizar la violencia para impedir a una persona que haga algo que no está prohibido por la ley o para obligarle a hacer algo que no quiere, sea justo o injusto.

Delito de Coacciones

El delito de coacciones supone el empleo de la fuerza para obligar o impedir a una persona hacer algo en contra de su voluntad.

¿En qué consiste una coacción?

Según el Diccionario Panhispánico del Español Jurídico, el delito de coacción consiste en el empleo de violencia, sea de carácter físico, intimidatoria o sobre las cosas, con el fin de impedir al sujeto pasivo hacer lo que la ley no prohíbe, o para obligarle a hacer lo que no quiere, sea justo o injusto. 

¿Qué se busca mediante la coacción?

El culpable puede tener dos fines: impedir lo que la ley no prohíbe o efectuar una acción no deseada, sea justa o injusta. Además, la violencia ejercida sobre la víctima puede ser física, compulsiva (intimidación) o implicar fuerza en las cosas.

Se trata de un delito doloso cuya acción debe tener una intensidad suficiente para provocar el resultado perseguido. Es decir, la fuerza o la violencia debe doblegar la voluntad ajena, pero esta debe ser la intención del culpable, demostrando su propósito de someterla a sus propios criterios.

¿Qué coacciones no son delito?

Una coacción podría ser legítima bajo ciertas circunstancias. No obstante, habría que comprobar caso por caso si estas coacciones se aplican de forma justificada. Las coacciones legítimas son las siguientes:

  • La policía hacia la sociedad.
  • Los padres hacia sus hijos.
  • La internación de un enajenado mental en contra de su voluntad.
  • La imposición de tratamientos médicos de manera obligatoria.