Al solicitar una orden de alejamiento se requiere presentar pruebas suficientes para que el juez pueda analizar si la víctima realmente está en peligro. Cuando la orden se produce, esto quiere decir que es peligroso que el potencial agresor se acerque a la víctima.
Por este motivo, la ley colombiana no permite que se retire una orden de alejamiento. En caso de ser retirada, la víctima no tiene una herramienta legal adicional para su protección. Si el juez consideró que la situación requería de este tipo de medida, no va a poder retirarse hasta que cumpla con el tiempo estipulado por la ley. De esta manera se busca que la víctima no se retracte o cambie de opinión por presiones que pueda recibir.
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