La tasa de alcoholemia es el valor que indica el volumen de alcohol en sangre en una persona.
Conducir después de haber bebido puede tener consecuencias muy graves no solo en el plano personal, sino también a efectos legales. Por ello, es conveniente conocer la tasa de alcoholemia máxima permitida en España.
¿Cuál es la máxima tasa de alcoholemia permitida?
La tasa máxima de alcoholemia permitida en estos momentos es la siguiente:
- Para conductores que no sean noveles ni profesionales: 0,5 gramos por litro en sangre o su equivalente de 0,25 gramos por litro en aire espirado.
- Para conductores noveles o profesionales: 0,3 gramos de litro en sangre o 0,15 miligramos por litro en aire espirado.
Estos son los niveles de alcoholemia que no se pueden superar, ya que en caso contrario, se puede recibir una sanción de la DGT.
No obstante, esta es la tasa a partir de la cual se comete una infracción administrativa, pero existen otras tasas de aplicación a partir de las cuales, se comete un delito, como veremos en el siguiente apartado.
¿A partir de qué tasa de alcoholemia se comete un delito?
En primer lugar debemos aclarar que el delito de conducción bajo los efectos del alcohol, contemplado en el artículo 379.2 del Código Penal, no necesariamente requiere superar una tasa de alcoholemia determinada para entender cometido dicho delito.
Según este artículo, el delito consiste en conducir un vehículo de motor o ciclomotor bajo la influencia de las bebidas alcohólicas.
Ahora bien, el mismo precepto impone una tasa de alcoholemia a partir de la cual, se entiende siempre cometido este delito: cuando se conduce con una tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60 miligramos por litro o una tasa de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro.
2. Con las mismas penas será castigado el que condujere un vehículo de motor o ciclomotor bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas o de bebidas alcohólicas. En todo caso será condenado con dichas penas el que condujere con una tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60 miligramos por litro o con una tasa de alcohol en sangre superior a 1,2 gramos por litro.
Entonces, si los agentes de la autoridad requieren a un conductor para que se someta a una prueba de alcoholemia, y esta da como resultado una tasa superior a la que hemos visto, estará cometiendo un delito en todo caso.
Pero si, no dando estos niveles de alcoholemia, el conductor igualmente se muestra ebrio al volante, será acusado también de un delito de alcoholemia. Además, en este caso no hay distinción alguna entre que el conductor sea novel o profesional o no.
¿Qué consecuencias tiene rebasar la tasa de alcoholemia?
Superar las tasas de alcoholemia legalmente establecidas puede ser constitutivo de falta administrativa o de delito (no de ambas cosas al mismo tiempo, por la aplicación del principio non bis in idem, que impide que una misma persona sea castigada doblemente por un mismo hecho).
Sanción administrativa
Entonces, cuando se recibe una sanción de la DGT por superar la tasa de alcoholemia, las consecuencias son una multa de entre 500 y 1.000 euros, y la retirada de entre 4 y 6 puntos del carnet.
Delito
Si se comete un delito de alcoholemia, la pena puede ser de 3 a 6 meses de prisión, de multa de 6 a 12 meses o de trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días. Además, este delito conlleva la privación del derecho a conducir vehículos a motor o ciclomotores por tiempo superior a 1 y hasta 4 años.
Hay que tener en cuenta además que cuando una persona comete un delito de alcoholemia, le quedan antecedentes penales, y no puede cancelarlos hasta pasados 2 años desde el cumplimiento de la pena, siempre y cuando no cometa otro delito durante este tiempo.
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