Subarriendo

El subarrendamiento o subarriendo se origina a partir de un contrato de alquiler y permite al arrendatario alquilar una parte de su propiedad a un tercero. En esta situación, el arrendatario se convierte en subarrendador y el inquilino final en subarrendatario.

Ahora bien, subarrendar es el acto de ceder el uso de una porción de una propiedad a una persona que no ha sido incluida en el contrato de alquiler original, con el propósito de obtener un pago mensual por dicho uso.

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¿Quiénes intervienen en el subarriendo?

El subarrendamiento implica la participación de tres partes:

  1. El arrendador, quien tiene que ser el dueño de la propiedad.
  2. Arrendatario o inquilino, que se convierte en subarrendador al celebrar el contrato de subarrendamiento.
  3. El subarrendatario, quien será el nuevo inquilino del arrendatario.

Dicho esto, hay que tener en cuenta que es vital cumplir algunas reglas antes de realizar el proceso.

Condiciones necesarias para el subarriendo

Para llevar a cabo un subarrendamiento, es importante tener en cuenta dos factores fundamentales:

Contar con el consentimiento del propietario

Para que un inquilino pueda subarrendar alguna parte de una vivienda, se debe haber establecido una cláusula específica en el contrato de alquiler que permita este tipo de actividad. Es imprescindible contar con el consentimiento explícito del propietario del inmueble para poder llevar a cabo este acuerdo.

Como arrendador, se puede y se debe establecer una cláusula que se refiera al subarriendo de la propiedad. Si se desea que sólo el inquilino habite en el inmueble, entonces se debe prohibir esta práctica en el contrato. En caso de que el inquilino subarrienda la vivienda a una tercera persona sin el permiso del arrendador, se puede finalizar la relación contractual de forma inmediata.

Si no se establece ninguna cláusula, se puede entender que se permite el subarriendo de la vivienda a otra persona. No obstante, es importante tener en cuenta que siempre es necesario contar con el consentimiento previo del arrendador.

Establecer un contrato

El siguiente paso es redactar un contrato de subarrendamiento y firmarlo. En línea se pueden encontrar diversas plantillas de acuerdos de subarrendamiento que se pueden personalizar para adaptarse a las necesidades de cada caso. También se puede buscar ayuda de un profesional en esta área.

Es importante tener en cuenta que el subarrendamiento solo es legal siempre y cuando no se viole ninguna cláusula del contrato de arrendamiento original. Cabe destacar que el importe de la renta que se le cobrará al subarrendatario no podrá exceder la cantidad que paga el arrendatario al arrendador por el alquiler del inmueble.

¿Cómo se elabora el contrato de subarriendo?

Para que el proceso sea considerado legal, es de suma importancia que se cuente con el permiso del propietario. Además, es necesario realizar la firma de un contrato que valide la operación. Dicho contrato no necesariamente tiene que ser suscrito en una inmobiliaria, sino que puede formalizarse en cualquier otro lugar.

Asimismo, debe incluir cláusulas similares a las del contrato de alquiler original, las cuales suelen incluir:

  • Identificación de las partes involucradas.
  • Importe del alquiler y la fianza. El subarrendamiento debe cumplir las mismas condiciones que el alquiler, lo que implica que se establezca un importe mensual para la renta y también una fianza. Se debe destacar que ni la renta ni la fianza pueden superar el importe que se paga por el alquiler original. Si la cuota mensual es de 1.000 euros, el subarrendatario no puede ser cargado con un importe mayor de 1.000 euros ni en renta ni en fianza. En el subarrendamiento, los gastos son compartidos, incluyendo los derivados como la luz, Internet y el agua. Por lo tanto, el subarrendatario debe pagar una cantidad que cubra su parte en estos gastos.
  • Periodo de vigencia del subarrendamiento. El plazo de duración del subarrendamiento está estrechamente vinculado al contrato de arrendamiento principal, y su duración no puede ser superior a la de éste. Por lo tanto, si el contrato principal tiene una vigencia de un año, el subarrendamiento tampoco podrá exceder este plazo de tiempo.
  • Causas para dar por finalizada la relación contractual.
  • Detalles de los bienes entregados en alquiler. Para que el contrato sea legal, es necesario que se alquile exclusivamente una parte de la residencia y que esta se siga usando como tal. No se puede alquilar todo el inmueble, ya que en ese caso no se hablaría de un subarriendo, sino de una transacción de alquiler, lo cual es una figura distinta. Generalmente, se suele alquilar una habitación y las zonas comunes en el subarriendo, lo que se aplica frecuentemente para compartir gastos. Es importante recordar que la habitación alquilada debe ser para fines de vivienda y no para establecer un negocio, por ejemplo.

Además, es común que se incluyan fotografías de la habitación subarrendada y una lista detallada de los muebles y otros bienes que forman parte de la misma.

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