El leasing es un contrato mercantil de arrendamiento financiero a medio o largo plazo que consiste en el alquiler de un bien con opción a compra.
Este contrato se caracteriza por ser mixto y atípico y aunque se asimile a otro tipo de contratos como el arrendamiento o el comodato, no poseen el mismo objetivo. El objetivo principal del leasing es la financiación y la adquisición de un bien.
Funcionamiento del contrato de leasing
Cuando una empresa o una persona necesita un determinado bien pero no posee los recursos suficientes para su adquisición puede acceder a una entidad de leasing que se encargará de adquirir el bien que se desee a cambio de unos pagos.
Es decir, un contrato de leasing consiste en que una entidad financiera o un banco cede el uso de un bien temporalmente a una persona física o jurídica a cambio de pagar una serie de cuotas periódicas.
Al finalizar el contrato la persona tiene varias posibilidades: renovar el contrato, comprar el bien por una cierta cantidad de dinero y convertirse en el propietario, o bien devolverlo.
El propietario del bien hasta la finalización del periodo de alquiler será la entidad financiera o bancaria correspondiente, pero será el usuario o cliente el que tendrá que asumir los gastos de mantenimiento del bien, pagar un seguro y responder ante posibles deterioros.
Ventajas del leasing
Las principales ventajas del contrato de leasing son las siguientes:
- La financiación de hasta el 100% del precio del bien.
- Flexibilidad a la hora de elegir plazos, cantidades y otros aspectos importantes del contrato.
- Es un gasto deducible.
- El pago del IVA de la compraventa del bien corre a cargo de la entidad de leasing.