El hurto es un delito contra la propiedad, cuyos orígenes como concepto se remiten al Derecho Romano. Aparece frecuentemente reflejado dentro de los Códigos Penales de muchos países a nivel mundial. Consiste en la apropiación no autorizada de un objeto, sin que el ejecutante emplee algún tipo de violencia o intimidación.
Es un término que suele confundirse con otros relacionados, como robo y expoliación. La diferencia radica en que durante el transcurso de estas acciones delictivas se emplean métodos violentos.
Dentro de estos tipos delictivos (los delitos a la propiedad), generalmente se asocian con los castigos menos severos. Lo mismo ocurre con las pólizas de seguros: los importes que las compañías aseguradoras acostumbran pagar suele ser comparativamente menores que cuando los hechos punibles se califican como un robo.
Consideraciones generales
Quienes llevan adelante estos actos suelen pasar desapercibidos. Muchas veces la sustracción es advertida tiempo después que el crimen fue cometido. Como cuando personas toman productos de un supermercado y se marchan del establecimiento sin pagarlos.
Para que se considere la calificación de hurto, el objeto indebidamente apropiado debe tener algún valor. Entendiendo esta consideración desde una perspectiva meramente económica. Aun cuando se trate de objetos con importancia significativa a nivel histórico, cultural o científico.
De lo anterior se entiende que quien hurta actúa con la intención de lucrarse o sacar una ventaja de la situación, aunque sea de manera solo temporal.
Deben ser objetos tangibles y transportables de un punto a otro. Aun cuando se trate de líquidos o gases almacenados en botellas. También se aplica para semovientes (animales salvajes o mascotas).
Tipos de hurtos
Aunque con distintas variantes, de acuerdo a las leyes aplicables en cada país, en la práctica estos delitos se dividen en tres categorías:
- Hurto básico: es el tipo más simple. Se aplica cuando el objeto sustraído sin autorización de sus propietarios o responsables está valuado en cifras no muy elevadas.
- Hurto leve: en estos casos lo obtenido ilegalmente tiene un valor de mercado superior a los valores vistos en el punto anterior, aproximadamente.
- Hurto agravado: categoría aplicable en casos que involucren objetos con importancia histórica, cultural o científica. Así como para bienes de primera necesidad y que su sustracción da lugar a situaciones de desabasto. Cuando se afecten sistemas sensibles, como las redes eléctricas, hídricas o las telecomunicaciones.
- Adicionalmente, se tipifican dentro de este tipo de hurtos los casos en que los autores intelectuales convencen a menores de edad para que ejecuten las acciones delictivas. El mismo principio se aplica cuando quienes ejecutan el delito se aprovechan de situaciones de desamparo e indefensión.
Hurto calificado
Esta categoría, contemplada en diversos códigos penales, es la que mayor confusión genera al compararse con delitos de robo o expoliación. En estos casos, junto con el daño patrimonial también se afecta el orden jurídico.
Situaciones en las que existe violencia sobre cosas (ventanas o puertas). Así como intimidación verbal o física (colocar a las víctimas en minusvalía).
En grado de tentativa
Al igual que como ocurre con otra serie de delitos. En casos en los que se puede juzgar a una persona solo por la intención de llevar adelante la acción, existe la categoría de hurto en grado de tentativa. Bien sea porque el ejecutante no consiguió los medios para apropiarse de lo que pretendía llevarse consigo o porque fue descubierto en el acto de comisión del delito.
Por último, también se tipifican dentro de este tipo delictivo a quienes toman algo que no les pertenece sin la debida autorización, pero tienen la intención de devolverlo. Toda apropiación no autorizada y su disfrute, aunque sea de forma temporal o parcial, se castiga.