Una madre puede perder la custodia de su hijo en casos donde se demuestre que su comportamiento pone en riesgo el bienestar del menor. La ley argentina prioriza el interés superior del niño.
La madre podría perder la custodia si se comprueba abandono, negligencia, maltrato físico o emocional, adicciones graves, exposición a situaciones peligrosas o incapacidad para brindar un ambiente adecuado para el desarrollo del hijo.
La pérdida de custodia generalmente sigue un proceso judicial, donde se evalúan pruebas y testimonios. El juez decidirá en función de lo mejor para el niño.
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